lunes, 20 de julio de 2009

cuando un amigo se va queda un espacio vacío

1 comentario:

  1. En 1985 inauguraba mi primera casa en Punta del Este: La Soñada. Invité a desayunar a Francisco de Narváez (32 años) y a Mauricio Macri (26 años), Manuel Antelo (32 años) y creo que a Eduardo Costantini (38 años).

    También a jóvenes -hombres y mujeres de edades parecidas. Empezaba la democracia de Alfonsín.

    Hablamos de un tema tabú que lo repetí en los últimos 50 años: una generación entrando en política. Grito general: «¡No!».

    Macri lo vio como posible, pero lejano. Y entre medialunas y vigilantes terminó la mañana fracasada.

    En 1991, en el restorán NOVECENTO en Punta del Este, a mi invitación insistente y casi estúpida, concurrieron Francisco de Narváez (38 años), Mauricio Macri (32) y Manuel Antelo (38), Eduardo Costantini (42). Gobernaba Menem. Había novedades para un ideario conservador -liberal-progresista.

    Ellos seguían siendo para mí la generación que podía suceder a Menem.

    Les expliqué que las ráfagas de la historia las manejaban generaciones de emprendedores. Y ellos lo eran. Jóvenes, exitosos, visitadores del mundo, que no iban a enorgullecerse como Balbín o Alfonsín o Kirchner de no haber salido nunca del país.

    Sabían pagar un salario. LO TENIAN TODO. Desde la cama caliente hasta la sopa fría de un gazpacho.

    Al menos conseguí dos mosqueteros: Macri y De Narváez. Y miles de BARRAS SENSATAS.

    Bernardo Neustadt

    http://bernardoneustadtcolumnablogspotco.blogspot.com/2007/05/ambito-financiero-2-de-mayo-de-2007.html

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